Y para aquellos que se dicen
“picantes”, o “ásperos”, este pensamiento, el de los “Actos propios”, les viene
muy bien: “Ni en el aire ni en medio del océano, ni en la profundidad de la
montaña, ni en ninguna parte del mundo existe un lugar donde uno pueda escapar
a las consecuencias de sus propios actos”, vamos, changuitos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario