domingo, 4 de diciembre de 2011

Columna "Hurgando el Carcaj"

    La columna Hurgando el Carcaj” comenzó a publicarse en las páginas de deportes del diario Norte (1967-1974) y prosiguió en El Tribuno (1974-2002). Nació en un momento muy necesario para el Periodismo Deportivo y el deporte de Salta: la segunda mitad de la década 1960-1970. No se puede dar una cosa sin la otra. Las nuevas generaciones de aficionados al deporte en nuestro medio necesitaban protagonismo, acción, competición. Existe claramente un antes y un después en su historia. La primera, desarrollada con muy pocos medios, a cargo de la incansable labor de muchos entusiastas simpatizantes sin recursos, devenidos por las circunstancias, en esforzados “dirigentes” que luchaban a brazos partido por mantener viva su pasión por tal o cual disciplina sobre las cuales habían volcados sus preferencias. Eran pocos los deportes que se practicaban en el medio: fútbol, basquetbol, tenis, natación, atletismo, boxeo, bochas, equitación, polo, esgrima, ciclismo, motociclismo, automovilismo, entre otros.
Algunos populares, con cierta convocatoria, el resto no tanto, pero marchando juntos en el diario trajinar, sin molestarse entre ellos, como consecuencia de que ninguno interfería al otro. Estas fases se aprecian claramente cuando se recorre la historia deportiva local. Las publicaciones de los diarios, de antaño y hogaño, determinan meridianamente este panorama a través de los años. ¿El fútbol es el deporte más antiguo de Salta? En realidad, no existen evidencias a partir de que año comenzó, aunque de manera informal, a disfrutar de este juego. En el “antes”, el Ferrocarril arribó a Salta el 20 de febrero de 1889 y junto a él, llegaron obreros y empleados desde el sur. Sin duda que allí se puede encontrar el origen de su florecimiento, tras producirse los primeros escarceos, que pronto entusiasmó a chicos y grandes. Pero, por ejemplo, la esgrima, polo, tiro, atletismo, venían de antes, este antes corresponde a la última década del siglo 19. En fin, el deporte en Salta es un tópico que alguna vez debe debatirse con amplitud, para colocar a cada quién en su lugar. Personalmente, en Hurgando el Carcaj”, fui divulgando otras disciplinas poco conocidas aquí, por la abundancia de material que poseía, al ensancharse los espacios de las agencias noticiosas nacionales e internacionales, sumando a esto él suscribirse a revistas especializadas de Francia, España e Italia. A ello debemos agregar el aporte de las radios europeas con sus servicios en español las cuales, cuyos noticiosos grabados, aportaban mucha y buena información para ser utilizada en una columna de alcance público. Todas ellas depositadas en el “Carcaj” para deleite de ávidos lectores. Esto es solo una introducción preliminar. El tema es largo, profundo, y digno de estudiarse minuciosamente. A través de las publicaciones producidas en el curso de los años, podrán constatar el lento crecimiento del deporte en Salta, y que el peso del mismo recayó siempre sobre dirigentes, algunos con nombres y apellidos, pero muchos quedaron envueltos entre las brumas de los años, permaneciendo completamente ignorados para siempre. Salta no es la excepción en esto, pues todos los centros o provincias del país, el deporte carecía de un apoyo formal de parte de los gobiernos, careció siempre de una ley criteriosamente ordenada. Resumiendo todo en un concepto, esta actividad en general creció a “ponchazos”, con el entusiasmo de dirigentes pobres, indigentes en muchos casos, pero siempre dispuestos a colaborar en todo.
  Desde 1890 en adelante y hasta la actualidad, los entusiastas propulsores de las diferentes disciplinas, que no eran muchas por esos lejanos años, al carecer de dirigentes mayores imbuidos de conocimientos sobre las necesidades de cada deporte y al no haber transitado por su práctica en sus años jóvenes, terminaban delegando la conducción a comerciantes, profesionales u otras personas mayores que los representaran en el seno de la entidades madres, llegando a estas sin ningún conocimiento que sustentaran sus principios. Pasó y sigue pasando. El deporte en general siempre fue una vidriera para la promoción -sin conocer el deporte- de empresarios, profesionales, comerciantes y otros entusiastas sin medios, que aprovechaban las promociones periodísticas con otros fines.
 (Roberto G. Vitry)

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