“Si quiere cultivar la inteligencia de un muchacho, cultive su cuerpo, hágalo robusto y sano para conformarlo sabio y razonable: que trabaje, que se agite, que corra, que grite, que esté siempre en movimiento, que sea hombre por el vigor para que lo sea por la razón”. (Juan Jacobo Rousseau, 1712-1778, escritor, filósofo, pedagogo e iciador de la psicopedagogía.)
sábado, 17 de diciembre de 2011
"Los Titanes de Cachi"
Por los años 50 el cachascán llevaba multitudes al Luna Park porteño, con Martín
Karadagián y el Hombre Montaña a la cabeza. Después venían el polaco Tac Tac,
Bill Brusa, Caballero Plateado y muchos otros que se ganaban la vida brindando
este espectáculo. Por Salta, en 1964 y 1965, apareció una troupe de
catchacanistas que hacía las delicias del público en San Francisco, Caseros
313, cancha de básquetbol de Juventud Antoniana por entonces. ¡Atención,
atención!, conozcan a los asombrosos luchadores salteño y los escalofriantes
nombres que usaban esta troupe presentada bajo el fulgurante título de “Titanes de Cachi”: “El Profesor”, no era
otro que..., Francisco “Chiquitín” Izarduy; el “feroz”, el que cortaba
cabelleras a los blancos: “Indio Apache”,
también “leche cortada” Solaligue, ídolo del “uñaje” de plaza Alvarado; el
impresionante “Hombre de Ébano”, Luis
Izarduy (profesor de Educación Física), ahora convertido en “bosque de ébano”
por lo que “cucharea”; el de las garras muy afiladas: “Felino Negro”, el cordobés Carlos Toledo Leiva, un “puma” muy
activo, lucrativa actividad de siempre; éste otro personaje venía de ultramar
portando el exótico “Sandokán”, el
Chichino Peralta; un representante del emperador Hirohito del Japón: “U’Shiro”,
el intendente de Anta, Gumersindo Cabrera; alguien imposible de poner de
espaldas: “Hombre de goma”, el
rugbier Dadi Mata, que era pilar del viejo Spaghetti; hijito para el “orden
cerrado” de aquellos tiempos: “Máscara
Negra”, un temible “zumbo” del A.5, de apellido Córdoba, que se cubría la
cara para que no lo descubran en los cuarteles de que andaba haciendo quedar
mal a los uniformados, y en los espectáculos, por sí algún ex colimba lo reconocía
y lo masacraba por los malos momentos que les había brindado “bajo bandera”.
Había de todo y para todos los gustos en este reparto de “grandes estrellas”,
como el famoso “Montañés”, que era el
representante de los montañistas locales, aunque estos no lo sabían: el “Gordo”
García
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